miércoles, 15 de abril de 2009

lunes, 23 de marzo de 2009

Ficción e Hipercultura

Aunque hay quien cree que puede ser tonto o superficial, la ficción (y sobre todo la ‘ciencia ficción’) es una veta de enriquecimiento muy importante para las diferentes corrientes de pensamiento humano.

Por un lado, la ficción libera nuestras mentes de la cotidianeidad (aunque sea momentáneamente) y nos coloca en situaciones con las que de otra manera tal vez nunca nos toparíamos, forzándonos a pensar y razonar de maneras ajenas a nosotros mismos. Nos hace reflexionar y nos enseña valores que tal vez en el momento sentimos distantes, pero que para otros son parte de su vida diaria y de este modo logramos empatizar con ellos, al menos en parte, ampliando nuestra visión del mundo.

Además, soñar es seguro y barato. Echar a volar nuestra imaginación no pone en riesgo nuestra integridad física ni consume nuestros bienes materiales; no nos denigra ni provoca por si misma el odio de los demás para con nosotros; por eso es tan placentero, pero también, por eso es tan importante. Es parte del proceso de juego que a veces pensamos que solo lo hacen y necesitan los niños, y se nos olvida su función vital a cualquier edad. Y es que tan solo pensando en el verdadero significado de la palabra ‘recreación’, nos podemos dar cuenta que aunque tontamente la tomamos casi siempre como sinónimo de ‘diversión’, en realidad, implica algo mas, es decir, el ‘re-crear’ significa ‘re-construir’ o ‘simular’ y ensayar situaciones potencialmente problemáticas y peligrosas para poder resolverlas adecuadamente cuando estas se presenten.

Imaginar nos inspira, nos muestra las cosas que podríamos llegar a ser y tener en el futuro. Puede mostrarnos la idealización de nosotros mismos o simplemente nos permite alcanzar etéreamente nuestros anhelos lejanos, pero también nos puede mostrar las consecuencias desastrosas de aquello que preferimos y/o debemos evitar. En la ficción podemos encontrar todas las potencialidades y probabilidades, e incluso las improbabilidades e imposibilidades.

Como fuente de referencia y documentación, nos dice que hubo otros antes de nosotros que se atrevieron a pensar diferente al grueso de la población, salirse de las paredes imaginarias que nosotros mismos nos forjamos y usar variables con valores impensables. Por eso, no podemos negar la influencia y la importancia de las obras de ficción, muchas veces menospreciadas, no solo por los que las consideran meras pérdidas de tiempo, sino incluso por quienes las consumimos y que en ocasiones no somos capaces de aprovechar su trasfondo y su gran valía.

Pero mas allá de eso, la ficción nos permite construir laboratorios virtuales con las características deseadas en los que podemos poner a prueba muchos de nuestros propios planteamientos. Es completamente libre y podemos ser tan selectivos como lo deseemos. Nos permite convertirnos no solo en parte de las masas influenciados por esas ‘grandes mentes’, sino en esas ‘grandes mentes’ que podemos influir sobre los demás.

Al ofrecernos la capacidad de representar incluso escenarios completamente irreales o imposibles la ficción, a través de la narrativa, se convierte en un puente entre las ideas abstractas y el mundo tangible. Es por eso que muchos filósofos e intelectuales han usado sus obras de ficción para exponer sus sistemas de ideas de formas mucho más comprensibles.

Las herramientas con las que se construyen estos puentes tienen diferentes nombres y formas e incluyen las analogías, paralelismos o incluso parodias, sátiras y sarcasmo, ya que la ficción es selectiva, y nos permite mostrar solo aquellos rasgos que queremos resaltar omitiendo los que son irrelevantes. Es decir, puede usarse para dibujar una caricatura de la realidad humana.

Las Utopías y las Distopías son los escenarios extremos en los que podemos colocarnos para analizar de fondo la naturaleza humana, pero también podemos crear ambientes que aunque irreales, sean factibles. Por supuesto, cada autor puede manipular los factores y personajes involucrados de manera que apoyen su perspectiva y es ahí donde cada uno de nosotros deberá juzgar si en efecto, el planteamiento y las conclusiones son válidas o por lo menos, acordes a nuestra forma de pensar y de sentir. Por supuesto, también es muy común que más que darnos o proponernos respuestas, lo importante de una obra son las preguntas que plantea y deja en la mente del receptor.

En la sociedad actual, la ficción es vista más bien como un producto más, una herramienta de la industria del entretenimiento que deja millones a nivel mundial, ya sea en forma de libros, revistas, películas, juegos, programas de televisión, etc. Mucho de lo que está a nuestro alcance puede no ser más que eso, algo que nos sirve para matar el tiempo y pasar el rato, sin tener realmente un trasfondo o relevancia y aun así, puede influir en millones de personas y provocar un gran desplazamiento de recursos debido al alcance masivo de los medios. A veces esto parece un mal inevitable: grandes cantidades de trabajo, tiempo y dinero dedicadas a la producción y promoción de innumerables obras completamente vacías y desechables, recursos que podrían ser invertidos en algo más productivo o enriquecedor… pero quejarme de ello no es la intención... al menos no en esta ocasión, además, por otro lado, la existencia de esta misma industria y sociedad vana y superficial, es lo que al mismo tiempo nos ha permitido tener a nuestro alcance material realmente sustancioso que de no ser así, tal vez nunca hubiéramos conocido e incluso, esa misma vanalidad puede ser la fuente de inspiración para una obra mas profunda y consistente.

Haciendo una analogía, muchas obras de ficción son como la fruta, algunas por fuera se pueden ver atractivas, pero en realidad, lo que nos comemos regularmente no es la cáscara. Esa parte hay que retirarla cuidadosamente hasta llegar a la pulpa, a lo que tiene realmente un valor nutritivo, es decir el trasfondo útil que podemos traspolar y aplicar en nuestra vida, pero por desgracia, algunas no tienen nada adentro. Algunas frutas son más sabrosas que otras y del mismo modo, habrá unas que son más nutritivas. Algunas son dulces, jugosas y carnosas, y hasta se pueden comer con todo y cáscara, pero otras no, son difíciles de digerir o duras para pelar, como en el caso de los piñones o las nueces cuya cantidad de contenido es limitado, pero bien valen la pena el tiempo y atención invertidos. Es más, habrá quienes ni siquiera se las sepan comer y las desaprovechen y por supuesto, también es en parte cuestión de gustos... Pero también, hay frutas cuyo tiempo ha pasado y ya no se aprovechan como antes, pero seguramente, su semilla sirvió para producir nuevos frutos... y otras que sin duda son buenas, pero aun es demasiado pronto para asimilarlas y es necesario esperar un poco más. Todo es cuestión de no dejar de insistir, de buscar, de seguir caminando.

viernes, 23 de enero de 2009

‘ismos’, ‘ías’ y demás…

Nihilismo
Holismo
Materialismo
Monismo
Solipsismo
Vitalismo
Reduccionismo
Existencialismo
Maniqueísmo
Dualismo
Objetivismo
Panteísmo

Teleología
Neutrosofía
Gnoseología
Filosofía de la ciencia
Robopsicología
Psicohistoria

Teoría General de Sistemas (Sistemas complejos, Propiedades Emergentes, Autoorganización, Retroalimentación Negativa, Teoría del Caos, Atractores, Teoría de las Catástrofes, Teoría de Control, Transversalidad)

Teoría de la Relatividad General
Teoría de la Relatividad Especial (Espacio-Tiempo, Paradoja de los gemelos)
Física Cuántica
Lógica Simbólica
Teoría de Conjuntos
Topología (Isomorfismo, Teorema de los 4 colores, Poliedro de Szilassi, Botella de Klein)
Teoremas de la incompletud
Teoría de Juegos
Teoría de los Grafos (Hipergrafo, Grafo de Petersen)
Teselados (Teselación del Cairo, Teselación de Penrose)
Polígonos de Thiesen
Smarandache LCM sequence
…y un largo etc.

Es tan solo parte de lo que me he topado en el camino hacia la Hipercultura.

martes, 16 de diciembre de 2008

Hipercultura - ['D'efinición (parte 04)]

Asimilación
La Hipercultura no es una nueva sociedad porque no posee o requiere jerarquía o doctrina. La Doctrina es que No Hay Doctrina, y por lo tanto no se trata sobre lo que debes pensar, sentir, decir o hacer, y mucho menos de prohibirnos o limitarnos en ningún sentido, más bien, es el impulso mismo de cuestionar todo lo que existe a nuestro alrededor y preguntarnos a cada instante ¿Qué debo buscar?, ¿Qué debo perseguir? ¿Debo buscar? ¿Debo perseguir?.

La Hipercultura no es un cúmulo de ideas únicas e irrepetibles, sino el camino que te puede llevar a ellas, por eso es no solo deseable sino necesario derribar todos los muros, liberare de los dogmas y deconstruir los esquemas y valores creados por otros y por uno mismo; romper las ataduras del autoconvencimiento de que “lo que hacemos es lo correcto y lo mejor para nosotros mismos”, llegando hasta donde sea posible al punto de la ‘No Pertenencia’, para poder desechar todo aquello que haya demostrado ser obsoleto.

La Hipercultura se alimenta de las culturas, sociedades y corrientes ideológicas (¿depreda?), pero no para construir algo en base a estas, pues mas que buscar respuestas en ellas, lo que busca son preguntas, y no necesariamente hace una selección ecléctica, pues a veces lo que recoge son las migajas que caen de la mesa. También toma elementos de ideologías contraculturales o revolucionarias pero a su vez cuestiona la validez de estas.

Es tomar todo lo que tenemos a nuestro alcance y desarmarlo en tantas piezas como nos sea posible, tirando a la basura todas las que no nos sirvan y utilizando las que si sin importar si fueron diseñadas para el uso que les daremos o no. Recordemos que no estamos bajo las leyes de la ‘normalidad’ por lo tanto, no hay trasgresión. Si crees que te sirve, tómalo, gíralo, tuércelo, voltéalo, rómpelo, quiébralo, quémalo, córtalo, pégalo, afílalo, achátalo… hasta convertirlo en algo que a tu modo funcione, sin importar que deje de parecerse a lo que alguna vez fue.

Pero recuerda… lo que uno tira, a otro le puede servir.

La Hipercultura también se autocuestiona, se recombina constantemente consigo misma e incluso se autodigiere para alcanzar su siguiente paso de evolución.

El objetivo es alcanzar realmente el Libre Actuar, y no simplemente llorar por la desaprobación y responder jugando a la subversión, insurrección, anarquía o rebeldía. Estos términos existían aun antes que nosotros y son nombres con los que la sociedad ha etiquetado de antemano a los comportamientos que considera indeseables enseñándonos que son negativos, prohibidos o inaceptables… tanto o mas que la misma opresión, la marginación y el rechazo, sin los cuales, pocos motivos habría para esas ‘conductas inapropiadas’.

Por supuesto, para un individuo no es fácil llegar a ese punto, o tal vez ni siquiera posible, pero para la Hipercultura, nada es real ni es absoluto. No se trata de ‘pretender ser’ una solución ya que abarca tanto lo que ‘es’ como lo que ‘puede ser’ e incluso ‘lo que no puede ser’, lo cual sonará como decir “es utópico creer en utopías”; pero el punto es que la Hipercultura, como la mayoría de los conceptos, es perfecta en si misma, pero el individuo no. Y como ejemplo, podemos mencionar la Ciencia la cual no es buena o mala, no requiere ni posee ética o moral, pero un científico si. La ciencia humana es incompleta, pero el concepto real de Ciencia es superior a las limitaciones de los individuos y sociedades.


La Hipercultura no es la respuesta, sino la pregunta.
Una que va más allá de cualquier límite.

HiperCultura (Éxodo)

13 Los egipcios esclavizaron brutalmente a los israelitas, 14 y les amargaron la vida con dura servidumbre, con los trabajos del barro, de los ladrillos, del campo y con toda clase de servidumbre. Los esclavizaron brutalmente. (Éxodo)

La época de los imperios, con grandes conquistas territoriales e imposiciones ideológicas no ha concluido, las formas del esclavismo también han evolucionado, colonizando las conciencias a través de la idea de éxito, falsa seguridad y esparcimiento enajenante. En el estudio del comportamiento a seguir del príncipe, Nicolás Maquiavelo propone que un soberano prudente al conquistar un nuevo territorio debe erradicar brutalmente a sus retractores para eliminar la semilla subversiva y así demostrar su política de cero tolerancia al resto de los súbditos. Dicha táctica usada anteriormente por los conquistadores de los grandes imperios, proporcionó amplias ganancias a corto plazo, pero mantener un ejército cuando ya no hay enemigos a quien vencer y además adherir nuevas colonias, genera un desequilibrio social que afecta la economía del imperio.

El aprendizaje del príncipe occidental del siglo XXI no se dio de la noche a la mañana, hubo un proceso histórico evolutivo de las técnicas de dominio. Quizás entre las más primitivas de ellas se encuentra el uso de la fuerza bruta, en donde la ley del más fuerte se impone al débil. La infame desigualdad y violencia desemboco en sangrientas revoluciones, puesto que el adversario que ha perdido todo, es el adversario más peligroso. Las caídas imperiales llevaron a buscar nuevas estrategias de mando.

Una de las soluciones más efectivas fue adoctrinar a los esclavos con nuevas creencias, adecuando la religión del conquistador a los ritos autóctonos del conquistado, difundiendo valores de tolerancia y conformismo que con el tiempo sustituyeron la valía del héroe épico por el estoicismo del mártir, el camino de la salvación y la vida eterna eran exclusivos de un dogma intolerante, que proclamaba al príncipe y su linaje como únicos herederos al poder por derecho divino.

Algunos de los fieles de las doctrinas que llevaron al máximo el estudio de su fe, se ven traicionados al ver que los representantes de su culto manipulaban las creencias a conveniencia propia. Pensadores como Martín Lutero, impulsaron reformas en desacuerdo con el abuso de la autoridad en su época y gracias a su valor se pluralizo la estructura del dogma, quedando al alcance del pueblo. Pronto se cuestionaría lo absoluto en busca de una verdad más equitativa y aunque la santa inquisición minaría el avance de la ciencia, cada descubrimiento se convertiría en un duro golpe en contra del sistema opresor. Posteriormente Rene Descartes con el discurso del método y su celebre frase “pienso y luego existo” inspiraría un siglo después a los enciclopedistas franceses, a desafiar a la monarquía de su país. En 1789 estalla la revolución francesa, dando origen a la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, declaración que sirve de base a todas las declaraciones del siglo XIX y XX.

A mediados del siglo XVIII iniciaría la revolución Industrial en Inglaterra, dicha revolución comenzó ha gestarse a partir del descubrimiento de América, cuando los galeones Españoles cargados del botín obtenido del saqueo de la tierra americana, a su vez fueron atracados por los famosos piratas ingleses, mientras la corona española vivía su siglo de oro despilfarrando las riquezas obtenidas con sangre y lodo, los ingleses invertían en lo que siglos mas tarde seria la revolución industrial y el nacimiento del capitalismo.

El poder paso a manos de la burguesía, el pueblo conoce un nuevo esquema de producción y nace la clase proletaria, Karl Max ansiaba que el capitalismo se desarrollara al máximo, con la finalidad de que la ignominia fuera insoportable provocando en el proletariado la avidez por revolución y la búsqueda de sistemas sociales más equitativos. Actualmente el proletariado no ha podido rebelarse puesto que el poder se volvió un artículo codiciado, solo la especialización permite el acercamiento al ideal, donde el hombre renuncia a su libertad para obedecer lo que el sistema le exige, lo prohibido quedo expuesto y es ignorado, mientras que el dominio se integra al estilo de vida del ciudadano. El consumismo se convirtió en la enfermedad del siglo XX y aún estamos enfermos.

El éxodo del pueblo queda pendiente, la autonomía del individuo ante el sistema dominante se ve muy lejana, hemos aprendido no solo a vivir en esclavismo sino ha defender a nuestros opresores, nuestros nombres serán sustituidos con los títulos laborales que otorga el sistema.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Hipercultura - ['D'efinición (parte 03)]

La Voluntad del Error
Dentro de cualquier sistema, cuando surge un desequilibrio, algunas de sus variables se salen de rango, y esto produce un error en la línea producción; errores que habitualmente son corregidos mediante sub-sistemas previamente diseñados para que las cosas vuelvan a la normalidad, pero en el proceso, se desecha el material que resultó dañado y que se produjo con ciertas características imperfectas e indeseables… conforme mayor es el desequilibrio, mayor es el número de ‘piezas defectuosas’ generadas, y conforme mayor es la complejidad del sistema, mas variables pueden ser alteradas y una mayor cantidad y variedad de ‘errores’ pueden surgir. Pero ¿Qué pasa cuando estos productos defectuosos son individuos? Inevitablemente, por su naturaleza alterada, difícilmente encajan con el resto.

Las sociedades humanas son fábricas de individuos, que día con día se vuelven más complejas y por lo tanto, más propensas a fallar al punto de que hoy en día la gran mayoría, si no es que todas, están en franco desequilibrio y no se vislumbrar una solución a ello. Lotes completos son descartados como inaceptables para la norma social, lo cual no debe extrañarnos o espantarnos, pues es parte del proceso natural: Desechar o eliminar a aquellos individuos que poseen características que en condiciones habituales son desventajosas, porque son potencialmente nocivos para el resto de la especie, sobre todo si se llegan a reproducir y heredar estas características a su descendencia, perjudicando la genética de la raza.

Curiosamente, como consecuencia de su instinto gregario combinado con el desarrollo técnico y científico, las sociedades humanas han promovido la sobrevivencia de todos los individuos, incluidos aquellos que por naturaleza hubieran sido considerados indeseables en otros tiempos (débiles, enfermos, viejos, lisiados y cualquiera con alguna limitación física, intelectual y/o emocional); y mas aun, se han logrado mejorar sus expectativas de vida y de reproducción, lo que ha provocado, entre otras cosas, un debilitamiento genético de la humanidad, y una mayor propensión a los errores en el sistema social que nos están llevando al colapso.

Pero a su vez, cuando las condiciones del entorno cambian, sobre todo si es de manera drástica, aquellas características que en un principio eran deseables por el rol ecológico de una raza o especie pueden volverse desventajosas e incluso poner en peligro su supervivencia... y en contraparte, a veces sucede que algunos individuos defectuosos descubren que esos rasgos erróneos que los definían como inapropiados pueden ayudarles a sobrevivir en estas nuevas condiciones, convirtiéndose accidentalmente en seres más aptos que sus congéneres ‘normales’.

Esta es una idea central de esa teoría formulada hace mas de un siglo llamada Evolución.

Los avances científicos, tecnológicos, ideológicos y filosóficos no son producto de las hormigas obreras que trabajan diariamente 8 horas en una maquiladora y reciben a cambio un sueldo miserable o de los burócratas que solo buscan la manera de trabajar lo menos posible y seguir cobrando su quincena, sino de aquellos que por presiones del entorno o por simple casualidad decidieron romper con esos esquemas y se atrevieron a intentar cosas distintas, aun a pesar de ser ignorados, reprimidos, repudiados o incluso perseguidos por el resto y tachados de extravagantes, desequilibrados, locos o enfermos… lo cual, en muchos casos era cierto.

Muchos de ellos fueron y son mutantes de la sociedad, individuos que a causa de alguna carencia, insuficiencia, desajuste o privación, perdieron parte su humanidad, y con ello parte de sus límites, de modo que sus mentes y cuerpos fueron capaces de alcanzar lugares que para alguien promedio serían inimaginables. Pero no solo me refieron a quienes hayan 'nacido distintos' , sino también a los que a lo largo de su vida y debido a algún accidente, intervención de un tercero o cualquier otra condición agresiva del entorno vieron alterada su naturaleza original y tuvieron que adaptarse, desarrollando mecanismos de defensa o simplemente aprendiendo a sobrevivir 'a pesar de'.

¿Y cuál es la causa la mayoría de esos 'accidentes y condiciones adversas'?: El mismo desequilibrio, cada vez mayor, de la sociedad humana, que no solo ha distorsionado el modo de vida de su propia especie, sino que ha adulterado el planeta completo afectando innumerables formas de vida y hasta a los elementos inertes.

No estoy diciendo que todos los locos, lisiados o limitados sean superiores a sus congéneres, mas bien, su condición es como es como una semilla, que si se encuentra con el terreno apropiado y tiene suficiente agua (el individuo, las influencias externas), germinará, de modo para lograr este nuevo nivel de pensamiento es inminentemente necesario el error y la imperfección.

... Y entonces algunos, solo algunos, mediante su subsistencia, logran con el tiempo la aceptación y la difusión de sus descubrimientos, ‘mutando’ a su sociedad en conjunto, modificando los parámetros de lo que se considera correcto y aceptable... Pero por desgracia, regularmente el sentido de estos aportes se corrompe, pues darle estas herramientas a aquellos incapaces de ver mas allá de sus narices es como poner una pistola cargada en las manos de un niño. Y peor aun, una vez que integran esa genialidad a su 'normalidad' se añade a su arsenal de instrumentos que pueden ser usados para disuadir o perseguir a los que propongan una nueva revolución.

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