La Hipercultura parte de varias ideas, La primera de ellas es que nada es estático, por lo tanto, todo está en constante movimiento y esto a su vez quiere decir que todo es perfectible. De este modo, su principal característica es el cambio, la evolución, la mejora... ni siquiera el concepto mismo está exento de ello. Hipercultura no es un conjunto de normas y lineamientos fijos o rígidos que deberá seguir todo aquel que desee adoptarla, sino un serie de puntos en el espacio abierto que cada quien deberá interpretar bajo su propia convicción y entonces trazar su propio y único camino. Pero no cualquiera tiene la fuerza para hacerlo o el deseo de encontrarla en su propio interior. La misma Hipercultura muere y renace todos los días con cada idea y cada acción, por lo tanto, el significado de este término se reinterpreta paulatina e ininterrumpidamente e incluso, muy posiblemente llegue el día en que este conjunto de letras se vuelva obsoleto y sea necesario acuñar un nuevo término para denominarlo.
La Hipercultura no surge espontáneamente o sin razón aparente en medio de la nada, ni pretende tener un origen ajeno al mundo que la rodea. Es una consecuencia de la interacción entre individuos, culturas y sociedades que han existido, existen y existirán; pero no es un punto intermedio entre los elementos involucrados, o un bonito collage selectivo. Es más, ni siquiera un pegote tosco entre ellos sería una definición correcta y mucho menos una suma o producto de factores, pues aunque inevitablemente toma elementos preexistentes, los recombina de modo que el resultado no necesariamente es o busca ser afín a aquello que lo originó.
Y es que aunque comparte rasgos con la sinergia en el sentido de que la conjunción de diversos elementos da como resultado algo distinto a lo que cada componente pueden lograr de forma aislada [lo cual, también es similar al principio de Gestalt, de que “El todo es Mayor que la Suma de sus Partes”], en este caso, la diferencia es que el resultado no necesariamente va en la misma dirección que aquello de lo que se origina o es algo buscado o esperado, de modo que sería mas bien una especie de ‘anti-sinergia’.
No es el gramo de oro que los alquimistas lograron crear con su piedra filosofal, sino lo que surge de entre todas las toneladas de desechos de sus ensayos fallidos. No es un producto limpio y reluciente que está en los aparadores de las tiendas caras, sino un subproducto de los procesos sociales, aquello que es desechado y declarado inválido e inaceptable, y que regularmente pasa desapercibido por el resto de la sociedad, porque les desagrada voltearlo a ver y prefieren ignorarlo o simplemente son incapaces de notarlo.
En parte, surge de los basureros, de las latas y envolturas vacías tiradas en la calle y de las colillas de cigarro en los ceniceros, pero no es algo material, no porque pensemos que es algo superior o creamos ilusoriamente habernos desligado del plano físico, sino porque no es algo que puedas poseer y tocar, sino sencillamente por es un concepto, y por lo tanto es mas afín a nuestra parte intelectual y emocional. En ese sentido, también es similar a una ‘no-cultura’ o una ‘anti-cultura’, pero no es ‘esclava de sus enemigos’, no está sujeta a llevar la contraria o negar todo lo que sus ‘antagonistas’ digan.
Y entonces, ¿Cómo puede una Mentalidad Superior surgir de entre los desechos de los demás?...
La Hipercultura no surge espontáneamente o sin razón aparente en medio de la nada, ni pretende tener un origen ajeno al mundo que la rodea. Es una consecuencia de la interacción entre individuos, culturas y sociedades que han existido, existen y existirán; pero no es un punto intermedio entre los elementos involucrados, o un bonito collage selectivo. Es más, ni siquiera un pegote tosco entre ellos sería una definición correcta y mucho menos una suma o producto de factores, pues aunque inevitablemente toma elementos preexistentes, los recombina de modo que el resultado no necesariamente es o busca ser afín a aquello que lo originó.
Y es que aunque comparte rasgos con la sinergia en el sentido de que la conjunción de diversos elementos da como resultado algo distinto a lo que cada componente pueden lograr de forma aislada [lo cual, también es similar al principio de Gestalt, de que “El todo es Mayor que la Suma de sus Partes”], en este caso, la diferencia es que el resultado no necesariamente va en la misma dirección que aquello de lo que se origina o es algo buscado o esperado, de modo que sería mas bien una especie de ‘anti-sinergia’.
No es el gramo de oro que los alquimistas lograron crear con su piedra filosofal, sino lo que surge de entre todas las toneladas de desechos de sus ensayos fallidos. No es un producto limpio y reluciente que está en los aparadores de las tiendas caras, sino un subproducto de los procesos sociales, aquello que es desechado y declarado inválido e inaceptable, y que regularmente pasa desapercibido por el resto de la sociedad, porque les desagrada voltearlo a ver y prefieren ignorarlo o simplemente son incapaces de notarlo.
En parte, surge de los basureros, de las latas y envolturas vacías tiradas en la calle y de las colillas de cigarro en los ceniceros, pero no es algo material, no porque pensemos que es algo superior o creamos ilusoriamente habernos desligado del plano físico, sino porque no es algo que puedas poseer y tocar, sino sencillamente por es un concepto, y por lo tanto es mas afín a nuestra parte intelectual y emocional. En ese sentido, también es similar a una ‘no-cultura’ o una ‘anti-cultura’, pero no es ‘esclava de sus enemigos’, no está sujeta a llevar la contraria o negar todo lo que sus ‘antagonistas’ digan.
Y entonces, ¿Cómo puede una Mentalidad Superior surgir de entre los desechos de los demás?...
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